1.- DELIMITACIÓN CONCEPTUAL.
1.1 • DEFINICIÓN DE PSICOTERAPIA. (ÁVILA, 1994)
Conjunto de sistemas teórico-técnicos (se incluyen teorías y técnicas, a través de la teoría se desarrolla la práctica) aplicados, de carácter interdisciplinar (diferentes disciplinas, enfoques… la mayoría psicológicas) en cuanto a sus objetos y multiprofesional en su práctica, derivados de modelos teóricos y de investigación (demuestran que son eficaces y que realmente sirven para algo) de los trastornos del comportamiento y/o la inducción de cambios estables (cambios permanentes a lo largo del tiempo.) en los diferentes niveles de expresión de la conducta. (lo observable: cognitivo, lo no observable: motor, y lo fisiológico) en orden al logro del bienestar biopsicosocial (salud) de los individuos en sociedad.
2.- ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN PSICOLÓGICAS.
2.1 • EL CLIENTE.
Es la persona que experimenta algún tipo de dificultad, malestar o trastorno. Acude al psicoterapeuta después de haber intentado solucionar sus dificultades recurriendo a otras fuentes, como amigos, familiares, médicos… Es cualquier persona que siente la necesidad de realizar cambios en su forma de relacionarse consigo mismo y con el mundo. Existen casos en que la persona que solicita psicoterapia no es la que sufre el síntoma, por ello debemos distinguir entre:
-
Demandante: aquel que determina que es necesaria la intervención de un profesional de la psicoterapia.
Paciente identificado: (PI), el portador del síntoma o problema.
Los clientes se caracterizan por ser vulnerables e influenciables ya que están en pleno proceso de duelo. Para ellos, el hecho de pedir ayuda es un salto muy difícil. Utilizaremos esta vulnerabilidad e influenciabilidad de manera positiva a favor suyo.
Existen tres tipos de personas y demandas:
Las que sufren por síntomas (ansiedad, tristeza…)
Las que experimentan ciertos “problemas de vida” ⌠crisis vitales: (normativas: adolescencia, formalizar una familia… y circustanciales: accidente, terremoto…)⌡
Las que están insatisfechas consigo mismas.
Para conocerse a sí mismo.
La figura del cliente no se refiere únicamente a un individuo concreto sino que puede incluir también a una pareja, una familia, un grupo o una institución.
2.2.- EL PSICOTERAPEUTA.
- Es la persona que utiliza la psicoterapia como herramienta en su labor.
- Tiene una formación profesional (teórica- práctica).
Es una profesión cada vez más reglada, más autónoma…
En psicoterapia existen diferentes modelos, los cuales exigen unos requisitos desemejantes.
Desde algunos modelos, se plantea la idea de equipo terapéutico. Este concepto se caracteriza por compartir parte de la responsabilidad terapéutica, bien asesorando al terapeuta a partir de sus comentarios acerca del estado del caso (en lo que comúnmente se conoce como sesiones clínicas), bien observando el proceso directamente (a través de video o espejo unidireccional) y eventualmente participando de modo simultáneo en dicho proceso (mediante consultas con el terapeuta durante la sesión o incluso con mensajes dirigidos directamente al cliente).
-El psicoterapeuta formula hipótesis.
-Toma decisiones sobre qué hacer primero y qué hacer después.
-.Depende la teoría con la que se haya formado el terapeuta realizará unas hipótesis u otras, utilizará unas técnicas u otras.
-La teoría muchas veces conforma lo que somos. Uno debe elegir un modelo para formarse dentro de él.
Con relación a las características personales del psicoterapeuta, Guy distingue entre motivaciones funcionales (resultan beneficiosas para el ejercicio de la profesión) y motivaciones disfuncionales (las que pueden minar la eficacia psicoterapéutica y reducir la satisfacción profesional)
MOTIVACIONES FUNCIONALES.
Interés natural por la gente y curiosidad sobre sí mismos y los demás.
Capacidad de escuchar. Tendencia natural a disfrutar oyendo a los demás hablar de sí mismos.
Capacidad de conversar. Tienen buenas habilidades verbales y conversar les resulta reforzante y reconfortante.
Empatía y comprensión. Son capaces de reflejar el significado y la motivación de la conducta.
Capacidad de discernimiento emocional. El conocimiento y la aceptación de las propias emociones promueve una actitud natural y genuina que facilita la curación psicoterapeuta de los demás.
Capacidad introspectiva. Facilita la autoexploración del cliente.
Capacidad de autonegación. La tarea requiere que el terapeuta deje a un lado sus propias necesidades personales y se centre exclusivamente en las necesidades del paciente.
Tolerancia a la ambigüedad. Capacidad de soportar lo desconocido, las respuestas parciales y las explicaciones incompletas. Es importante porque muchas situaciones vitales y existenciales no tienen una respuesta clara.
Capacidad de cariño. Los psicoterapeutas parecen poseer una actitud de paciencia y cariño hacia los demás, a menudo acompañada con una actitud no crítica que les permite aceptar a las personas tal y como son.
Tolerancia de la intimidad. El deseo de intimidad, contacto y cercanía; beneficiosa ya que el terapeuta debe tolerar una intimidad profunda durante largos períodos.
Confortable con el poder. El psicoterapeuta se siente en una posición de poder e influencia, pero debe saber evitar la trampa de sentirse omnipotente.
Capacidad de reir.
MOTIVACIONES DISFUNCIONALES.
Aflicción emocional. Muchos eligen esta profesión movidos por un deseo de alcanzar mayor comprensión de sí mismos. Lo cual puede ser perjudicial o beneficioso, dependiendo del caso.
Manejo vicario. El psicoterapeuta intenta ayudar a otros a superar cuestiones no superadas en su propia vida.
Soledad y aislamiento. Muchos eligen esta profesión para superar una profunda sensación de soledad y aislamiento, provocada por circunstancias diversas.
Deseo de poder. El deseo de tener un sentido de poder personal.
Necesidad de amor. La necesidad de expresar cariño y amor puede ser perjudicial cuando va acompañada de un afán mesiánico.
Rebelión vicaria. Utilizan la profesión para expresar sus necesidades de revelarse y atacar a la autoridad.
2.3.- LA RELACIÓN TERAPÉUTICA.
Para que la relación sea verdaderamente terapéutica, debe ser diferente de otras relaciones en la vida del cliente. La diferencia esencial reside en que se trata de una relación profesional: el terapeuta se interesa genuinamente por el cliente, pero no forma parte de sus relaciones interpersonales cotidianas.
La relación terapéutica es asimétrica, porque se inicia a partir de la demanda del cliente y se centra en sus necesidades.
Además es necesario que el cliente compense al terapeuta por su dedicación, mediante los honorarios correspondientes.
Asimismo, al ser una relación profesional, la relación terapéutica requiere una estructuración específica; un encuadre terapéutico:
Encuadre externo: duración y frecuencia de las sesiones, lugar donde se realizan, las vacaciones, así como cualquier otro detalle que afecte al desarrollo de la psicoterapia.
Encuadre interno: actitud del analista. Todo lo relacionado con las técnicas para una adecuada relación terapéutica y que faciliten el proceso transferencial.
En Psicoterapia se establece una alianza terapéutica (unión terapeuta y cliente para lograr un objetivo final)
Primer componente de la alianza: Vínculo establecido entre cliente y terapeuta. La calidad de este vínculo determina el tono emocional de la vivencia que el cliente tiene del terapeuta, que influye en su colaboración en el proceso terapéutico.
Segundo componente de la alianza: grado de acuerdo en los objetivos de la terapia. Se trata de si cliente y terapeuta orientan sus esfuerzos en la misma dirección.
Tercer elemento de la alianza: es el acuerdo en las tareas de la terapia, es decir, en el acuerdo acerca de los medios que son adecuados para conseguir los objetivos propuestos.
La visión actual de esta cuestión es que los tres aspectos, vínculo, acuerdo en los objetivos y en las tareas no son independientes sino que se influyen mutuamente.
2.4.- EL PROCESO TERAPÉUTICO.
El proceso terapéutico consta de 6 fases:
1.- Definir el contexto.
2.- Crear la relación y mantenerla.
3.- Evaluar la situación del cliente.
4.- Intervenir.
5.- Mantener y generalizar los logros.
6.- Técnicas de supervivencia del terapeuta.
Estas fases hay veces que aparecen juntas en el tiempo, o pueden ocurrir unas antes y otras después. Estas fases no son estáticas, son dinámicas.
1.- DEFINIR EL CONTEXTO.
Debemos extraer información sobre las condiciones de la intervención.
Condiciones sociales. (encuadre externo)
Condiciones técnicas. (encuadre interno)
Conocer las condiciones de la intervención nos ayudará mucho en el proceso; para eliminar ciertas ideas preconcebidas que nos influyen de manera negativa.
2.- CREAR LA RELACIÓN Y MANTENERLA.
Deberemos usar dos técnicas:
Técnicas verbales: escucha activa.
Clarificación: intentar que la persona nos dé más información sobre algo que no hemos entendido correctamente.
Paráfrasis: Volver a decir de manera diferente algo que nos acaba de decir el cliente.
Reflejo: Le repito lo que acaba de decir.
Resumir lo que nos ha dicho el cliente.
Técnicas no verbales: Los gestos, mirada atenta, asentir…
Hay que saber crear una buena relación, mantenerla y finalizarla. Nos apoyamos en la comunicación para ello. Debemos saber manejar las técnicas verbales y las no verbales.
El objetivo de las técnicas verbales es que la persona se de cuenta de que la estamos escuchando.
3.- EVALUAR LA SITUACIÓN DEL CLIENTE.
Debemos evaluar la situación del cliente por dos partes.
Al cliente. A través de entrevistas clínicas, cuestionarios, observaciones…
La eficacia de la intervención.
Debemos saber si nuestras intervenciones son eficaces y para ello debemos evaluar la situación antes y después del proceso. Debemos evaluar al cliente con las técnicas anteriores.
4.- INTERVENIR.
Debemos aplicar una técnica para producir un cambio. El objetivo es que la persona cambie aquello que quiere cambiar. Utilizamos técnicas, las cuales saldrán de los diferentes modelos, dependiendo del que escojamos, tendremos unas técnicas u otras.
5.- MANTENER Y GENERALIZAR LOS LOGROS.
Tenemos que conseguir que los logros conseguidos a través de la terapia, se mantengan en el tiempo y en diferentes situaciones. Cada modelo también tiene técnicas de generalización propia. Una de las más conocidas es anunciar el fin de la intervención.
6.- TÉCNICAS DE SUPERVIVENCIA.
Hace referencia a aspectos que debemos tener en cuenta en la intervención, (tiempo para pensar, hablar con otros compañeros para asegurarnos de que va bien…)
2.5.- LA RELACIÓN DE AYUDA.
Una relación de ayuda es toda relación en la que al menos una de las partes intenta promover en el otro el desarrollo, la maduración y la capacidad de madurar mejor y enfrentar la vida de manera más adecuada.
La relación de ayuda es aquella en la que uno de los participantes intenta hacer surgir de una u ambas partes, una mejor apreciación y expresión de los recursos latentes del individuo, y un uso más funcional de estos. Apuntes cuadro.
El núcleo de cualquier relación de ayuda es una comunicación eficaz.
Es necesario evaluar la actuación del terapeuta y del lugar en que se encuentra la situación.
La persona que ayuda debe ser consciente de sus propios valores, sentimientos y pensamientos para poder aceptar los de los demás.
La persona que ayuda debe ser sensible a los determinantes de género y culturales de las creencias, valores y conductas de los otros.
• OBJETIVO: Promover el desarrollo y un funcionamiento más maduro y adecuado.
• CARAC. DE LAS PERSONAS QUE OFRECEN AYUDA:
Autoconciencia.
Sinceridad.
Congruencia.
Capacidad de comunicación.
Interés en el bienestar del otro.
Conocimientos y habilidades. -Integridad ética. (Confidencialidad)